EL acoso escolar esta cada vez más presente en los colegios. El acoso escolar o bullying tiene lugar cuando alguien es herido física o psicológicamente de una manera intencionada. Esta situación genera una gran frustración en la víctima, quien es incapaz de detener lo que le está sucediendo.
Aunque tanto el acoso físico como el emocional puede darse tanto en niños como en niñas, el porcentaje de acoso físico es más elevado en niños, mientras que el emocional es más común entre las niñas. El acoso emocional es especialmente difícil de detectar, pero, aunque no incluya una agresión física, puede llegar incluso a ser más doloroso y perjudicial para la víctima, quien en la mayoría de los casos baja su rendimiento académico, se ve obligada a cambiar de centro, o incluso se ve llevada al suicidio.
Por parte de los profesores, es muy importante saber detectar estos comportamientos y conocer a las personas involucradas para tomar medidas cuanto antes. Sin embargo, el papel de los padres es fundamental. En muchas ocasiones los padres se niegan a aceptar que su hijo esta acosando a un compañero, reforzando así este comportamiento, o incluso hacen oídos sordos mientras la víctima no sea su hijo. Por otra parte, una de las respuestas más comunes de los acosadores y de sus padres es que “el otro había empezado antes” o “si se ha metido con él es porque lo merecía”.
Es muy importante que los adolescentes entiendan que el acoso no es aceptable dentro ni fuera del aula. Y hacer entender a los padres, que aunque los profesores puede poner de su parte, la educación en casa es fundamental para evitar este tipo de conflictos.
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